“Mi objetivo es acompañar a adolescentes y adultos en su proceso de crecimiento y bienestar emocional, facilitando un espacio seguro y comprensivo para explorar y superar los desafíos.”
Carolina Piñeiro
Mi Experiencia
Soy Licenciada Psicología, 2011. Universidad Gabriela Mistral
Como terapeuta, la persona puede aprender a procesar y sanar estas heridas, desarrollar una mayor autoestima y autoaceptación, mejorar sus habilidades de afrontamiento y establecer relaciones más saludables consigo misma y con los demás. En resumen, la terapia de la niñez herida puede ser beneficiosa para aquellos que buscan comprender y superar las dificultades emocionales arraigadas en su pasado para vivir una vida más plena y satisfactoria en el presente.